07 septiembre 2014

PASAJES DE TERNURA


  Me paro a recordar los pasajes que van más allá del día que te alberga, desde la ventana en que podíamos divisar el mundo aquel que nos desbordaba por aquellas energías de horizontes infinitos. 

   Culpábamos  al azar de la beligerancia de las horas, de su indolencia ante nuestra desesperación por el espejismo del tiempo.

   Fue una entrega reservada solo para aquellos que han resistido todas las ausencias y han sentido las emociones de los vendavales del deseo. Todo eran alientos y temblores, y aquella ensoñación donde veíamos reflejados la cordura del delirio. 

  Pararse a recordar sin renuncias de aquellas brisas, es descubrir un legado envuelto de ternura. Y no olvidarlo.


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