es penitencia,
es amarte sin nombre.
Un alma en una sombra
de conciencia vacilante,
una luz de indulgencia
agonizando despacio
en acto de deseo interminable.
Te tengo así,
tan breve,
que vienes desde mi sueños,
llenos de tu falta que finge
verte.
Ni voz, ni gesto.
Vienes leve del otro lado,
de la distancia inevitable,
sombra esquiva entre los brazos.
Y yo mirándote.
Un gran amor reflejan estos versos
ResponderEliminarUn gran amor reflejan estos versos
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